Os cuento esto porque la semana pasada me lo encontré y me dijo que su madre se había llevado un susto tremendo. Cuando le pregunté por qué, me contó su historia:
Me levanté como siempre a las 8 de la mañana, me duché y mi madre me dejó preparada como todos los días mi taza de café. Cuando la cogí en la mesa, se me cayó toda entera encima de mi traje, recién limpio y planchado.
Al oír el grito que pegué, mi madre se acercó y rápidamente fue a por un trapo para secarme la mancha y ver qué se podía hacer (seguramente, cambiarme de ropa de nuevo).
Cuál fue su sorpresa, que cuando se acercó, no vio ninguna mancha. El traje y la camisa estaba perfectamente planchados y sin rastro del estropicio.
¿Qué había pasado para que no hubiera ni una sola mancha en la ropa de Juancho? ¿Encuentras una explicación a este curioso fenómeno químico?
Pues la solución de esta semana debía de ser más complicada, porque sólo 8 personas han escrito su comentario. De ellas 4 alumn@s han acertado la respuesta: el café que tomaba Juancho estaba en grano.
Como todas las semanas, muchas gracias por participar y espero que hayáis pensado mucho ...
